martes, 26 de enero de 2010

Tranvía en Burgos, el eterno dilema

Tranvía sí o tranvía no. Es la cuestión que aún se está deshojando en el Ayuntamiento de Burgos. No obstante, este dilema no es nuevo, puesto que, a lo largo de la historia, ya se ha repetido este hecho hasta tres veces, quedándose el proyecto en agua de borrajas en todas ellas.

La primer intento de adoptar el tranvía en la capital burgalesa data de 1882, año en que el tranvía hizo su aparición en Madrid. Por aquel entonces, se planteó una línea de 3,5 kilómetros, que uniese la calle Vitoria, desde el cuartel de infantería (actual edificio de Hacienda), con la estación del ferrocarril y el puente Malatos. El proyecto no llegó a su fin, al igual que otro propuesto en el año 1900.

Tras los dos intentos fallidos, llegó el proyecto más serio. Corría el año 1915, cuando Luis Gallardo, vecino de la ciudad, encomendó el proyecto de la obra a Juan Ledesma y Vázquez, ingeniero de caminos de Madrid. El documento era muy completo, dado que se componía de: memoria con tres anexos, catorce planos, pliego de condiciones, presupuesto y tarifas de precios.

La línea tranviaria tendría su comienzo en el cuartel de artillería, y discurriría por la calle Vitoria hasta la plaza del Cid. A partir de aquí, saldrían dos ramales:
  • una se iría por la plaza Santa Domingo de Guzmán y las calles Santander, San Juan, Laín Calvo y La Paloma hasta llegar a la plaza del Rey San Fernando. Desde ahí, saldría al Paseo de la Isla bajo el Arco de Santa María, llegando al puente Malatos (en la plaza de Castilla habría un empalme hacia la estación del ferrocarril), que lo atravesaría para seguir por el Hospital Militar y llegar, finalmente, al Monasterio de Las Huelgas.
  • El segundo ramal, cruzaría el puente de San Pablo, para continuar por las calles San Pablo y Progreso y llegar a la rúa de San Cosme para concluir en la plaza Vega. Descendería la carretera de Valladolid hasta el Puente de Castilla, donde empalmaría con el ramal procedente de la otra margen del río para finalizar en la hoy antigua estación de tren.
Este proyecto, que contemplaba una treintena de coches con capacidad para 32 viajeros y cocheras en la zona del Parral, tampoco llegó a ponerse en marcha por causas desconocidas: ¿problemas técnicos? ¿económicos?

A pesar de la historia, en mi opinión, y tal y como está configurada ahora mismo la ciudad de Burgos, con la estación del ferrocarril alejada del centro y un Campus Universitario que va creciendo poco a poco, se me antoja imprescindible incorporar un sistema tranviario, e incluso, un tren-tran, de forma que se pueda dar servicio a los pueblos del entorno de la capital.

Evidentemente, solo el tiempo, la economía y la voluntad de muchos hará posible un tranvía en Burgos, o quizá no.

Enlace: Diario de Burgos

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